Epílogo
Sala de tripulantes del Sueño de Carmen.
Dos días después…
Bella alzó la mano para enseñarle a Ángela Weber, la directora del crucero, su anillo de compromiso.
—¡Es precioso! ¿Es una antigüedad? El diamante hace juego con tus ojos…
—Eso es lo mismo que me dijo Edward —sonrió Bella—. Sí, es una antigüedad griega. Las alas de la montura representan a Eros, el dios del amor.
—Tienes suerte —suspiró Ángela—. Edward es tan romántico…
—Cierto.
Sonaba una música de fondo. Ángela había convocado a los tripulantes y otros invitados para sorprenderlos con una fiesta: la del compromiso de Bella con Edward.
Bella vio a su madre y a Edward al fondo de la sala, sirviéndose del bufé. Después de todo lo que había hecho por su hija, Edward no había tenido que esforzarse mucho por ganarse el cariño de Renée.
Edward la sorprendió mirándolos y le hizo un guiño antes de reunirse con ella. Le ofreció su plato lleno.
—¿Tienes hambre?
—¿Hay aceitunas? —inquirió, bromeando.
Edward soltó una carcajada. El capitán apareció en aquel momento, del brazo de Kate Denali.
—Felicidades, señorita Swan y signare Masen…
—Gracias.
—Grazie.
Hablaron los dos a la vez, y se echaron a reír. Garret también se acercó para felicitarlos. Tanya Denali, la hija mayor de Eleazar Denali, les dio un abrazo. Como jefa de relaciones públicas de la línea de cruceros, Tanya había volado directamente desde Londres, donde vivía, para atender a los medios de información. Carlisle Cullen también estaba allí, encantado ante la perspectiva de ejercer de padrino de Edward.
Alec Vulturi se acercó también a la pareja.
—Yo sólo quería decirles que… lo siento.
—Nada de disculpas —repuso Edward, tomando a Bella del brazo—. Una mujer inteligente me dijo una vez que uno no es responsable de los actos de sus padres.
—Eso lo sé por experiencia propia —añadió Bella—. Nadie te culpa, Alec —sonrió.
—¿Podrían prestarme un poco de atención, por favor? —pidió Eleazar Denali, alzando la voz y acercándose a Renée.
Eleazar le había ofrecido a Edward una lujosa suite para recuperarse durante el crucero. Edward había volado de Miami a Italia para rematar la investigación del caso antes de volver nuevamente al Sueño de Carmen. El propietario del barco se aclaró la voz.
—Quiero expresar mi más profunda gratitud a Edward y a Bella por su coraje y sacrificio a la hora de resolver un caso que me habría costado muy caro —se alzó un murmullo de aprobación, y Eleazar continuó—: Pero hasta aquí ha llegado la aventura —miró a Renée y luego a la joven pareja—. Felicidades. Les deseo que sean muy felices juntos —levantó su copa, mirando a todos los presentes—. Y a cada uno de ustedes… les deseo un tranquilo y feliz viaje.
Fin
Esta genial. Yo particularmente soy mas romantica y habria preferido que terminara con la boda y noticia de embarazo de Bella, pero claro, no soy la autora y desde luego que estoy satisfecha con el final.
ResponderEliminarMe encanta este fic.
yo tambien hubiera optado por el final con boda y noticia de embarazo pero la historia esta genial
ResponderEliminares muy soso este final, me esperava mas pk los capitulos estan mucho mejor y crei k el epilogo estaria a laltura pero me has decepcionado
ResponderEliminarciertamente este no es el final que esperaba,no obstantetanpoco es tan malo,la historia fue buena y con algo de suspens,a ti te felicito por escojerla y darnosla a conocer,deseo que sigas adaptando,acuctualmente ya son pocas las personas como tu que se toman su tiempo y esfuerzo en complacer a lectoras como yo,t desgraciadamente no se por que les estan borrando sus blogs a varias que adaptaban ya se los han echo espero que contigo no pase.
ResponderEliminarHola me a facinado la historia. Uno encuantra el amor donde menos lo esperas.
ResponderEliminarNos seguimos leyendo.